El atletismo lo inicié en la Escuela Militar. Antes solo juegos, especialmente fútbol de calle. Me di cuenta que prefería deportes individuales. De alguna manera prefería no depender de nadie, ni que la ineptitud de otros me perjudicara o me beneficiara Hace tiempo, oí al chino Ríos, tenista chileno de nivel mundial, decir, a propósito de un comentario periodístico que le mencionaba la importancia del apoyo del público en los partidos. El Chino respondió: si, es importante, pero en la cancha uno está solito.
Esto me llevó en la Escuela Militar, a no elegir fútbol, ni basquetbol, como deporte obligatorio, a pesar que eran muy populares. Elegí atletismo y en él, salto con garrocha. El entrenador era Don Domingo Guzmán, con quién tuve una excelente relación. Esta prueba exigía hacer otras para estrenar, como correr, algo con los brazos como bala y aparatos, natación, etc. Resultados de esto, obtuve varios primeros puestos en campeonatos nacionales y en Argentina y Uruguay. En la Olimpíada Militar de la Tres Escuelas de 1946, obtuve el primer puesto en garrocha. Luego batí el récord de las tres Escuelas, el que mantuve por algunos años. Esta prueba ha cambiado mucho con las técnicas modernas: garrochas de fibra y colchonetas de gran tamaño, etc. Que hace que las marcas en el tiempo, ya no son homologables. Para otras pruebas no resulté apto, aunque las probé casi todas.
