El Atrapabichos, es un juguete destinado a los niños pequeños, tal vez entre 3 y 12 años que acompañan a sus padre y parientes, a asados campestres en lugares húmedos, ríos, pastizales, etc. donde se crían bichos que molestan a los asantes (posiblemente una nueva palabra: son los que hacen asados). Entre esto bichos, destacan los colihuachos, abejas, zancudos, etc. (consultar con un entomólogo).
La idea nació en un asado en Pucón, donde los colihuachos, nos tenían histéricos e histéricas y los niños asistentes, no eran una preocupación menor: aburridos, con hambre de bebidas y pan, molestaban tanto como colihuachos. De ahí salió el temas de eliminarlos y entretener a los niños. Propuse eliminar los colihuachos por imposible, sin embargo se podría hacer algo, como encargar a los niños que los cazaran.
Me puse posteriormente, en mi taller, a pensar en un atrapabichos, seguro, sólido, inocuo para los niños divertidos de usar, barato y que no necesitara ni combustible ni pilas. Como de costumbre entré en fiebre pensando en algo realmente original y, resultó el Atrapabichos. Que no es otra cosa que dos maderas largas unidas como tijeras cada una con una palmeta para matar moscas en su extremo. Mediante un sistema de elásticos fáciles de cambiar, y graduar su fuerza y hacer fácil cargar el arma. Además, al disparar hace un ruido suficientemente fuerte para dar la sensación de disparo. Una foto del Atrapabichos se presenta a continuación de este artículo. Fabriqué varios porque era simple y barato hacerlos; todos se regalaron. Posteriormente debí hacer mas a pedido.
Como los “inventores somos vanidosos e ilusos” presenté el modelo a un concurso de inventos de la Universidad, para obtener algo de presupuesto. El señor que atendía la oficina de registros, tomó mi hermoso Atrapabichos entre dos dedos y con un gesto de entre misericordia y repulsión, lo dejó suavemente sobre una silla y dio terminó la reunión. Me dio a entender que no había mas que hablar. Yo pensé, que lástima, habría sido una interesante “novedad del año” para el verano. Especialmente en Pucón. El señor de la recepción de inventos parece que solo se interesaba por artefactos atómicos, fórmulas química que cambiaran la Ecología o remedios que curaran todos los males como el Agüita de Santa Ana (que no mata ni sana). No pude dejar de recordar a mi esposa (Q.E.P.D) que me decía: Después de todo, siempre nos habría ido mejor si nos hubiésemos quedado en USA.