H.3.1.4. Bicicletas

Para un niño de mi generación, en 1940, la bicicleta era una extensión de su propio cuerpo. Siempre estaban en deficiente estado de conservación, con las mínimas partes para operar, es decir sin tapabarros ni frenos ni timbre ni luces; a esa bicicleta en mi barrio se le llamaba “La chancha”. El juego era en la calle: fútbol, patines y bicicletas, tanto jóvenes como niñas. Las niñas también tenían bicicletas, pero eran mejor mantenidas, de todos modos permanentemente se les salía la cadena, lo que se arreglaba con la destreza esperada de cualquier joven.

Yo usé bicicleta cuando regresé de USA, para ir a la Universidad. La distancia era ideal, demoraba cerca de 10 minutos. La usé por un tiempo hasta que me di cuenta que un deporte favorito de los choferes de buses era empujar fuera de la calle al ciclista, y si éste era un viejo, mas divertido todavía. Cuando había tacos en la calle Pedro de Valdivia, gozaba pasando a todos los autos. Nunca entendí porque los alumnos no usaban bicicleta. Ahora, a partir del año 2000 se ha hecho mas frecuente.

Pero yo era un innovador nato, de manera que empecé a planear una bicicleta especial para la tercera edad y para las gentes del campo que debían usarlas en  caminos muy malos o ripiados. Hice gran cantidad de diseños, observé modelos en uso en España y en París, así como en revistas de deportes y algunas especializadas en bicicletas. Las condiciones en Chile en 1970, eran muy particulares y valía el esfuerzo de diseñar algo diferente. Mi idea era que para un viejo era muy importante el asiento por la pérdida de masa en  los glúteos, debía tener eficientes cambios y no muy complicados, un buen torque en la rueda trasera y una rueda anterior mas grande para absorber los obstáculos del camino y finalmente, muy buena amortiguación anterior y posterior y en el asiento. En el caso de la bicicleta para el campo chileno, esta amortiguación debería poder arreglarse artesanalmente con elásticos. En esos años llegaban pocas bicicletas a Chile y prácticamente no había producción chilena innovadora y si la habían eran copias de las extranjeras. Es interesante pensar cuan distintas tienen que ser la bicicleta para un camino rural en Chile y una para una calle en una ciudad de Holanda. Además debía ser plegable para ir en un auto o guardarse en un espacio pequeño, incluso, y esto sería un ideal, permitir subirla a una locomoción colectiva. Después de docenas de dibujos, terminé el proyecto de la bicicleta que denominé “Golden Age Cycle, 1975″. Usé partes de bicicletas existentes en Chile y con la ayuda del Sr. Arriagada que tiene un taller de bicicletas en Concepción, y una simpatía y entusiasmo admirables, la terminé con los mejores repuestos, arenado, pintura y cromados.

La he usado poco. A muy poca gente le interesó y ya han llegado gran variedad de bicicletas extranjeras, y claramente el interés actual está en las bicicletas deportivas y en las eléctricas. Fue interesante desarrollar el proyecto. La tengo en mi casa y cada cierto tiempo le doy una vuelta a pesar de mi ciática. Está ilustrada en la galería de fotos de este artículo.

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