H.1.2.2. Poemas dadaístas

Experimento dadaísta con alumnos de la Universidad de Concepción entre los años 1998 y 2017.

Prof. Dr. Jorge N. Artigas, Curso Expresión Oral y Escrita.

En mi curso Expresión Oral y Escrita, uno de los últimos trabajos de los alumnos en el semestre, es hacer una poesía libre. Como mis alumnos de poesía no saben nada, desarrollé una experiencia para hacer algo, aunque fuera tangencial con la poesía, ya que reconocían no estar interesados en absoluto en ella, mas aún, que los aburría.

De muchas historias que he leído sobre el Dadaísmo, la definición que mas me gusta es la que: “Trataban de hacer arte repudiando todo el arte. Repudiando en general todo lo que se había hecho antes”. Los dadaístas suponen que ahí, con ellos, nace todo. De lo que me he informado, aunque obviamente los historiadores del arte no lo dicen, es que eran una tropa de “curagüillas”(borrachines), en permanente lucha por ser auténticos y diferentes. Después de la Primera Guerra mundial, en Zurich (1917), en el bar del Cabaret Voltaire, se reunían los alemanes Hugo Ball y Richter y otros, entre ellos los fundadores del movimiento dadaísta, los rumanos Tristán Tzara y Marcel Junk a beber y pensar el arte. El alcohol que bebían era principalmente ajenjo, lo que los trastornaba un poco (en ocasiones bastante). Este movimiento saltó luego a Paris, New York y otras ciudades con bohemia artística no abstemia. En ellas también estuvo involucrado nuestro Vicente Huidobro con Arp, Apollinaire, Picasso, Modigliani, Kandinski, entre otros”.

Una idea algo extraña nació en este grupo. Esta era según mi entender, que: “el arte podía, y debía ser tan puro que podía nacer por sí mismo, sin que, necesariamente lo creara el hombre, o sea, podría no tener autor y no significar nada”. Se dice, al menos en Chile, que esto fue idea de nuestro Vicente Huidobro y que habría sido el nacimiento del “Creacionismo”.

Tzara en 1924, propone una forma para hacer un poema dadaísta (cito textual): “Coja un periódico
/ Coja unas tijeras/
 Escoja en el periódico un artículo de la longitud que quiere darle a su poema
/ Recorte el artículo
/ Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el articulo y métalas en una bolsa/ 
Agítela suavemente
/ Ahora saque cada recorte uno tras otro/ 
Copie concienzudamente 
en el orden en que hayan salido de la bolsa/ 
El poema se parecerá a usted
/ Y es usted un escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque incomprendido del vulgo”. El nombre Dadá, ha sido motivo de sesudos análisis. Una de las explicaciones es que proviene del dá-dá, lenguaje de los bebés, que se supone original, puro, sin instrucción ni experiencias previas.

Siguiendo parcialmente estas instrucciones, diseñé un ejercicio para los alumnos de mi curso “Expresión Oral y Escrita” (electivo para cualquier alumno inscrito en la Universidad de Concepción, en cualquier año y carrera): Cada alumno del curso, en una tira de papel escribe un verso (de entre una a siete palabras), se recogen las tiras con los versos y luego de revolverlas, se ordenan y está listo el “poema dadaísta”. Yo me llevo las tiras para ordenarlas y, con ellas (con alguna trampilla), construyo el poema dadaísta del curso de ese año. De éste se reparten fotocopias a la clase siguiente y los alumnos lo leen en voz alta y hacen la crítica correspondiente, además expresan lo que creen que representa el poema (que me perdone Tzara). Es interesante que ellos reconozcan su verso incluido en el poema.

A la fecha, noviembre de 2018, este ejercicio se sigue haciendo todos los años. Yo he podido seguir la evolución de este ejercicio desde el año 1998. Los cerca de veinte alumnos cada año, son de diferentes facultades, edades y orígenes.

Mi interés es compartir esta experiencia mediante esta página WEB, y para ello, he puesto ejemplos de los trabajos bajo el titulo de “Poemas dadaístas”, señalando el año de ejecución.

Instructivo para los alumnos del curso:

El ejercicio consiste en que a cada alumno del curso, en un momento determinado y sin aviso previo, se le pide que escriba en una tira de papel un verso, que puede tener de una a siete palabras. Estas tiras se reúnen, y se entregan al profesor para que las transforme en un poema. El profesor respeta lo más que puede el orden en que han quedo dispuestas por el azar al juntarlas y, las copiará formando el poema (se permite algunas pequeñas licencias, necesarias para que el poema se pueda leer). El profesor le inventa un nombre, usualmente sacado de algún verso. Se lee en la clase siguiente, para lo cual se reparten copias a cada alumno donde luego , se analizará y discutirá, tanto el ejercicio como el poema resultante. Hay un estímulo especial cuando el alumno reconoce su verso en el poema.

Ejemplos de estos ejercicios se muestran mas abajo. Son tomados de los efectuados entre los años 1998 y 2016, uno por cada año aproximadamente, faltan varios que se han perdido.

(Haga click aquí para abrir los poemas dadaístas recuperados.)

H.1.2.2a. Llanto de sauces (1998)
H.1.2.2b. El confín de las piedras (2001)
H.1.2.2c. En tierras de miedo y fuego (2002)
H.1.2.2d. Tiempo y espacio (2004)
H.1.2.2e. Noche de grillos y zorzales (2010)
H.1..2.2f. Humo (2012)
H.1.2.2g. Baile de oruga (2013)
H.1.2.2h. Dos vías (2014)
H.1.2.2i. Tus ojos canela (2015)
H.1.2.2j. La bailarina sin piernas (2016)
H.1.2.2k. Sin rumbo (2017)
H.1.2.2l. Serena y triste con tu cabellera rojo vivo (2015)
H.1.2.2m. Mirarte (2019)