E.1. Discursos

E.1.1. Charla introductora para la Exposición Zoológica en la Biblioteca de Yungay. Dictada por Dr. Jorge N. Artigas, 2014.

La exposición que inauguramos hoy, con material de la Universidad de Concepción, es una muestra de algo mucho mas significativo que el simple mostrar pájaros y en general animales conservados. Hay mucho más tras de ello.
La UdeC tiene un importante museo de colecciones Como también de otros temas además de zoología y de botánica. Hoy en día es una de las colecciones mas importantes del país, sino la mas importante en algunos rubros. Iniciamos, me tocó a mi hacerlo, esas colecciones en 1956 cuando recién llegué como profesor a la Universidad y hemos crecido continuamente durante estos 62 años.
Para qué coleccionar animales y plantas? Para hacer la respuesta cierta y sencilla, es para fijar los nombres de estos seres y su distribución.
El interés por los nombre nace con el hombre. El hombre que se comunica con sus semejantes para compartir el conocimiento sobre el ambiente que lo rodea. Hay una especie de necesidad de informar a los otros.
Posiblemente al principio, y esto no se sabe con seguridad, cuando se emitían ruidos para alertar, para ofrecer comida, alojamiento, sexo, protección, etc., eran simples sonidos guturales, un poco como los monos de hoy en día, que no los entendemos por que no comprendemos su lenguaje, que ha seguido evolucionando, tal vez no tan rápido como el de los hombres. Nos preguntamos si acaso el lenguaje de los monos  ¿seguirá evolucionando? y, hasta cuando?
Pero como el cerebro del hombre siguió creciendo, lo que lo diferenció de otros animales, creció no tanto en volumen cuanto en eficiencia. Lo ruidos guturales empezaron a mejorar, tanto en su emisión como en su recepción.
Aunque nos parezca apresurado, debemos entender que en esos momentos se inicia nuestra civilización: cuando el hombre puede transmitir a otro lo que vio o experimentó y éste los acepta como si lo hubiese experimentado él mismo. Como asunto de fe. Empieza la fe a ser parte indispensable para el desarrollo de la civilización humana.
Conceptos como el de un animal visto para cazar, un río que hay que cruzar o sirve para beber, son las cosas del diario vivir.
A medida que hay mas información, aunque sea producto de la fantasía se necesitan mas sonidos para poder nombrarlas a todas, y si no hay nombre, hay que inventarlo. Mas o menos como sucede hoy con el Chupacabras, el Trauco, Pie grande y otros. Aquí la cosa es mas complicada porque se trata de hacer reales animales inexistentes, es un abuso de la fe.
Y así sigue creciendo la forma de comunicación. Por ello no es raro que se definan los idiomas y dialectos, sobre todo cuando los grupos se hacen sedentarios y la comunicación es casi siempre entre las mismas personas y sus descendientes. Hoy sucede lo mismo con los lenguaje locales, con los acentos, modismos, etc.
Poco a poco, en Europa, donde regía la Biblia con su concepto de creación, el hombre trata, o al menos se entusiasma con la idea, o la ambición de nombrar a todos los animales existentes, y a las plantas, y a los ríos, etc. Todo puede y debe ser catalogado.
Mas adelante esto tiene interés económico, pues los dueños de los territorio, llámense ciudades, tribus o naciones, necesitan saber qué tienen, y esto hay que medirlo, de manera de poder mostrar cuan poderosos son. Hoy las fuerzas armadas lo llaman: “poder disuasivo”.
Siempre en la idea del creacionismo. Los mas imaginativos habían desarrollado explicaciones para el origen de algunos animales. Por ejemplo: una serpiente se originaba de un trozo de cuerda abandonada al sol en el desierto y un sapo, de un trozo de género abandonado en un pantano. Las moscas salían de los vientres de los animales en putrefacción, los ratones de sacos de trigo abandonados en bodegas oscuras y húmedas, etc. Y esto no solo lo creían la gente vulgar e inculta, sino que hasta los mas cultos de esa época. Por ejemplo, Aristóteles aseguraba, y así lo dejó escrito, que esta era la forma en que se producían los ratones. Esto duró hasta los años 1675 cuando un astuto científico italiano, Francesco Reedi, pone a prueba la generación espontánea de las moscas, disponiendo diferentes tipos de carne a la putrefacción, metidas en una jaula o malla. Concluye que, no importa de que tipo de carne se trata, se producen tres tipo de moscas: las azules, las verdes y las verdes con dorado. Hoy sabemos muy bien cuales son esta moscas y como ayudan a precisar el tiempo de muerte de un individuo, por medio de la Entomología forense.
Entonces, después de Reedi, se empiezan a preguntar de dónde salen los otros animales, fuera de los animales domésticos que conocían bien. No era fácil aceptar que siempre había un macho y una hembra involucrados. Les parecía ridículo que hubiese lauchas machos y lauchas hembras y que copularan para procrear. Las lauchas y ratones solo comían y arrancaban, eso era todo. No había tal cosa como la mamá laucha y el papá laucho. No hay que reírse de esto pues hasta hoy, hay gente que cree que los insectos que atacan a la plantas son producidos por las mismas plantas, que las lechuzas son almas que regresan a vigilar a los vivos, que los murciélagos son producidos por las piedras de las paredes de las cavernas o los entablados húmedos de los entretechos donde habita durante el día.
Hay seres míticos que no existen pero tienen nombre y son muy reales para cierta gente y a veces de gran provecho social. Tomemos por ejemplo al Trauco, que como Uds. saben, viola a las niñas cuando estas salen orinar en la noche al bosque u otro lugar oculto fuera de las casas, y después resultan embarazadas. La familia se lamenta, pero no tienen a quien echarle la culpa sino al Trauco, que nadie ha visto, sin sospechar que puede ser un hombre del vecindario que ha estado montando guardia en la oscuridad esperando que la niña salga, o tal vez ya estaban de acuerdo. Lo importante es que la familia no se puede vengar de nadie ni culpar a alguien conocido. El Trauco siempre ataca a mujeres jóvenes. El Trauco es malvado pero no tonto.
Nuestro misterioso Chupacabras que tanta tinta periodística ha ocupado y hasta se han hecho documentales largos y densos sobre él, y sigue tan campante sin que nadie lo haya visto. Es solo asunto de calcular que si mata a cinco ovejas en una noche para chuparles la sangre, estaría ingiriendo cerca de 25 litros de sangre y su excremento debería ser negros, brillantes y muy abundantes; y estos no se ha encontrado. Tal vez necesitemos un poco de fantasía para asegurarnos que no lo sabemos todo.
Este tema es muy interesantes y está en todas las comunidades humanas del mundo y no parece que se terminará, por el contrario, se descubrirá otros como Pie Grande en USA (de estos hay, supuestamente, como seis en el mundo), todos sin encontrar y moviendo a grupos de periodistas, productores de documentales, exploradores, productores de insignias, letreros y otras. Hay una industria, y un pueblo que vive de Pide Grande. Y ni hablar del monstruo del lago Ness.
Pero este asunto de los nombre se hace mas complejo cuando se trata de recursos naturales valiosos que involucran denominaciones en contratos comerciales. Entonces aparece la necesidad imperiosa de asegurar un nombre para cada especie y que no haya confusión. Pueden hasta haber acciones legales para los que venden lo que no es.
En esto ayuda la nomenclatura científica. Que es la ciencia que les da nombres a los seres vivos. Esta ciencia nace con un sueco, Carolus Lineo en 1735 y se aplica rigurosamente hasta el día de hoy. Cada especie, vivo o muerto, tiene un nombre científico formado por dos palabras en latín o latinizadas. Nosotros somos: Homo sapiens Lineo. Si bien es cierto y esto lo saben muy bien los zoólogos y los botánicos, esta nomenclatura siempre se está acomodando. Pero siempre es para mejorar y definir mejor.
En cada idioma o dialecto, un animal conocido tiene un nombre y en la gran mayoría de los casos es distinto en cada idioma, como perro en español y dog en inglés. Curiosamente en portugués que es muy cercano al español el perro se llama cachorro. Un investigador de estos temas quiso hacer un listado del nombre del perro en casi todos los idiomas y dialectos del mundo. No terminó su trabajo. Lo abandonó cuando comprobó que en algunos idiomas o dialectos, se usan distintos nombres para: mi perro, un perro desconocido, una perra, el perro de mi vecino, un perro blanco o un perro negro, uno grande, uno chico, etc. No tenían esos idiomas la palabra genérica única para, involucrar a todos los de la especie perro. Algo así como los esquimales que no tienen un nombre para el hielo, hay muchos nombres que definen con exactitud el tipo de hielo, pero la palabra correspondiente al hielo en general, no la tienen. Quizás como llamarán al hielo que se le agrega al Wisky?
Todo esto es complejo. Yo dicté por años un curso de Principios y Métodos de Sistemática con un semestre de duración, los alumnos lo consideraban un curso denso y complejo por la materia, espero que no por el profesor.
Las colecciones de animales sirven para apoyar la nomenclatura, teniendo ejemplares de la mayoría de las especies, conservados de manera que se puedan compararse con los actuales y así definir el nombre y también hacer otros estudios como el ADN por ejemplo.
Una anécdota en que participó el Departamento de Zoología, cuando yo era director, es la de unos exportadores que mandaban, creo que a Japón, un camarón muy abundante en las cercanías de Concepción, de mas de 15 cm. de largo que se colectaba fácilmente con redes. Empezaron de a poco pero el negocio resultó muy bueno, y luego quisieron firmar un contrato mayor. Y ahí salió el problema de qué especie se trataba. Llevaron muestras a nuestros laboratorios del departamento y pero nadie supo que especie era. Mandamos muestras a una autoridad mundial en camarones, pero éste tampoco lo reconoció. Finalmente se concluyó que era una especies nueva para la ciencia y por ello no tenía nombre. Así es que entre nuestro especialista y los americanos consultados, acordaron describir la nueva especie para la ciencia. Ahora se llama Callianasa garthi Retamal. Y así hay muchos casos más. Y estos son animales grandes; piensen que pasa con los insectos y con los micro- organismos como las bacterias, los hongos, las lombrices, los parásitos intestinales, etc .
También hay casos de confusión de nombre, como el que le sucedió a un grupo de exportadores de Concepción que firmó un contrato para enviar a Alemania “medallones de congrio”. El envío fue rechazado por no corresponder a lo indicado en el contrato, alegando que no era congrio, por lo que era necesario re-pactar el precio. Lo que sucedió es que en Chile llamamos congrio a un animal que no es del género Conger como los de Europa. El nuestro es Genypterus chilensis Guichenot, descrito en 1848. Este es el colorado, hay dos especies mas, tal vez mas apetecibles que los primos europeos.
Pensando un poco mas, recordaremos que hasta hoy, visitando un hermoso jardín, tendremos siempre una pregunta a flor de labio; y ¿como se llama esta planta?
Espero que disfruten la exposición y comprueben que cada muestra tiene dos nombres: el científico, con validez mundial y el vulgar solo con validez local.
Muchas gracias por su atención y quedan invitados, cuando vayan a Concepción, a ver nuestra muestra permanente en el tercer piso de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas.

Expuesto el 8 de Octubre de 2014 por Dr. Jorge N. Artigas.

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